jueves, 7 de agosto de 2014

Me pasó por Geminiana

Hablemos un poco de la gente y los astros. No hay nada que me importe menos que los planetas incidiendo en mi vida cotidiana... pero bueno, siempre está el que por todo culpa a los astros, los planetas, y toda una serie de mitología astral no entendida por el común de la gente. Te acostumbras, que se yo. Decís “que sol que salio hoy eh! Está para comer en la terraza” y siempre te salta esa persona astroinfluenciada con un “es porque está Plutón en casa siete, la casa de la energía” (KEEEEEEE??) “A SI, RE, ERA ESO”. O caes dormido porque no encontraste una puta taza de café en tu casa, pero no “Jupiter está influyendo en tu sueño y necesitás más horas para poder recuperar la energía que te saca Piscis que te tapa la luna” “SI, RE, YO PENSABA LO MISMO, ERAN ESAS DOS OPCIONES, O JÚPITER O EL CAFÉ”. Yo no era asÍ. Era más tolerante con el tema de los signos, ELLOS, ESOS PREDICADORES DE CARTAS ASTRALES ME CAMBIARON. Cena de cumpleaños, fui advertida de la gente que iba asistir al evento: en su mayoría estudiantes de esta ciencia moderna. Me advirtieron que deje un poco los chistes de lado y sea educada, y obvio, yo en mi faceta tímida ante una mesa gigante de extraños dialogando, opte por escuchar y opinar simpáticamente de los temas que se estaban tratando. Nos pasa a todos, siempre que te sentís incomodo cuando no conoces a nadie, la careteas intentando parecer normal y la vas llevando; jugás un poquito con el celular, revolvés por demás la comida, asentís lo que dice el de al lado... lo de siempre parecía venir bien. Segundo comentario de la noche que tiro, salta joven de procedencia desconocida y me hace la pregunta que todos estaban esperando: De que signo sos? “Géminis!” re orgullosa, porque me copa el simbolito, nací en mayo que es un mes re divino, fresco; yo chocha, pero comienzo a ver como sus caras comienzan a transfigurarse.. me contesta la chica de al lado ante una mesa en silencio por mi respuesta “AH, CON RAZON” (CON RAZÓN QUÉ, MAMARRACHA!!) Esas fueron las últimas palabras que dirigieron hacia mi en toda la cena. Intente remontar la situación interviniendo en las conversaciones cada tanto, pero cada cosa que decía se miraban entre ellos y secreteaban “es de Géminis” , y por lo tanto todo lo que decía estaba mal, era la rara, era de Géminis, un signo poco querido por la gente del ambiente planetario. Sola comiendo en una punta. Así termine por ser de Géminis. Besito grande a toda esta gente, siempre los recuerdo con mucho aprecio. Y aunque me hayan hecho tomarle idea a todas estas cosas, siempre que abro el diario, tarde o temprano termino cayendo en el horóscopo para ver que me depara el destino de ese día.

 Persona Dos-

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